24.2.06

Truchita

Estoy pensando si tengo recuerdos de ese momento, admiro a la gente que se acuerda, me gustaría hacerlo... a lo sumo tengo algunos flashes como la escalera de la casa en primer piso que viví cuando era muy chica en Rosario, la cara de mi abuelo Jesús que se murió ahí nomás y la verdad que no mucho más.

Hay historias que me contaron y que me gustan. Una dice que era tan atolondrada para comer y que me gustaban tanto las pastas que una vez comiendo fideos me atraganté y me empezaron a salir por la nariz. Yo lejos de estar impresionada estaba mas bien divertida tirando de los fideos para afuera.

Otra, que quizás explica mi atracción por los idiomas, cuenta que mientras vivíamos en Rosario todas las mañanas cuando mis viejos se iban a laburar, yo me quedaba con mi abuelo (no Jesús, sino el otro, Pablo) sentada con él en su cama. Día tras día estudiábamos chino hasta el mediodía que nos levantaban. Me hubiera gustado que mis abuelos no se muerieran tan rápido... casi que no los aproveché.

Mamá cuenta que yendo de vacaciones a Iquique, mamá, papá, loló, gas y noe en panza; nos faltaba tanto el aire que ibamos medio azules llorando como bestias y por ende teniendo aún menos oxigeno. Que habiendo llegado a la noche a un restaurante en medio de la ruta me dieron una empanada de queso enorme! super apetecible. Parece ser que que yo la agarré, la mordí y empecé a llorar como loca... estaba totalmente vacía... qué triste....

Lindo momento la infancia, tuve la suerte de divertirme, de aburrirme, de tener hermanos, de pelearnos, de amigarnos obligadamente, de salir de vacaciones, de esperar ansiosa el día del niño, a Papá Noel, a los reyes magos, al Ratón Pérez... que grandes momentos, que bueno que de esos sí me acuerdo.

21.2.06

Vacunas contra la tristeza

Que difícil es ver mal a la gente que uno quiere, ojalá uno pudiera hacer algo en ese momento para extirparle la tristeza, hacerla un bollo y tirarla lejos, pero apuntando bien como para que no le caiga a otro. Lo más triste de la tristeza es que si uno no anda con un chaleco protector y un casco apruebade seguro se contagia y se enferma un poco. Porque la bastarda es virósica, se esparce rapidísimo y ahí nomás uno empieza a sentir los síntomas. Se los cuento por las dudas los estén sintiendo y no supieran. Probablemente se manifieste de muchas formas pero en líneas generales empieza por la pérdida automática de la sonrisa, el fruncimiento del ceño y el brote inminente de alguna lágrima (en el caso de que uno se lo permita). Seguro algún suspiro puede escaparse acompañado de una creciente presión en el pecho. La tristeza extrema es tumbadora, te quita las ganas de hacer cosas y te deja por ahí como un trapo. Lo importante en estos casos es acudir a un especialista para que te cure. Un buen amigo casi siempre es el que más sabe de esto y si justo ese día anda con el chaleco y el casco, hasta puede salir ileso de la situación. Porque, como sabiamente me dijeron el otro día, para eso existen los amigos... para que uno sea feliz.

14.2.06

Que los cumplas feliz


El tema de los cumpleaños siempre es algo delicado, todo el mundo los vive distinto. Hay quienes lo festejan a lo grande y quienes lo festejan íntimamente, los que se sienten felices, los que se deprimen, los que piensan "uhhhh!!! un año más!", los que esperan que todo el mundo se acuerde, los que llaman a todos para hacerles acordar, los que cocinan todo el día para el festejo, los que sólo compran un cajón de cerveza, los que no quieren ver a nadie. En realidad no sé si uno es siempre igual en cada año, porque finalmente son tantos años... y la realidad es totalemente distinta cuando el cumpleañero no es uno. Porque ahí uno empieza a preocuparse por otras cosas, el regalo... tendrá torta? deseos para soplar las velitas? (esos seguro, nunca le faltan a nadie), sillas suficientes? quien estará? la estará pasando bien? Creo que lo mejor de los cumpleaños es sentirse querido, cuidado, mimado, acompañado por eso hoy que es el cumple de mi Lau me voy a su casa, a quererla, a cuidarla, a mimarla, a acompañarala; como todos los días pero hoy con excusa extra.

12.2.06

Helicóptero


Me acerqué suavemente, tratando de no hacer ruido, evitando los movimientos bruscos; rogando que me diera la oportunidad de robarle el efecto de sus alas transparentes, la textura de su cuerpo de peluche. Seguramente me miraba y se quedaba quieta, no por sumisión, ni por curiosidad, ni porque le gustara que la capturara sino porque desde su instinto de supervivencia rogaba que fuera yo quien le diera la oportunidad. La oportunidad de conservar la textura de su cuerpo de peluche, el efecto de sus alas transparentes. Esperando ese momento en que mi proximidad estuviera lejana, para tomar envión, para comenzar a agitar las alas, para luego chocar con el aire fresco de la tarde, con aroma a campo llovido, con gusto a domingo.

10.2.06

Abracadabra


¿Existe algo más mágico que un caleidoscopio? en esa sucesión de colores que te explotan ante los ojos, de figuras que te desafían a adivinar sus límites, que te incitan a seguir girando para ver que viene. Y cuando lográs despejar el ojo de ese mundo te quedás pensando "¡que loco che!" ¿a quien se le habrá ocurrido la idea? Después de unos segundos necesitás volver adentro y seguís girando, y de pronto descubrís que si además de girarlo te movés vos, también surgen otras figuras, otros naranjas, rojos, amarillos que se funden, que resurgen, que bailan, que desaparecen.

Lo bueno de los caleidoscopios es que siempre están dispuestos a soprenderte.

9.2.06

MIS PIES

Un lugar en tu almohada


Házme un lugar en tu almohada,
junto a tu pecho me calmaré.
Házme un lugar en tu almohada,
para que duermas te cantaré.

Una canción de cuna,
un valsecito de Tacuarembóte
ira llevando en una nube
si no me duermo antes yo.

Hay un rincón de tu pelo
en el que yo me perfumaré.
Hay un rincón de tu pelo
sobre la almohada esperándome.

Una cascada azul
como la sombra de un jacarandá.
Me iré acercando a tu mejilla
para escucharte respirar.

Jorge Drexler
Album: Vaivén

8.2.06

Homenaje a mi almohada

¿Por qué las almohadas no tienen el reconocimiento que se merecen? Como objeto inanimado, cumplen una tarea que muchas veces los seres animados no son capaces de hacerlo. No solamente cumplen con su misión primordial de relajar nuestras cabezas sino también nos brindan otros beneficios complementarios.

Una Almohada ha recogido lágrimas sin preguntar de quien o por quien, nos da la posibilidad de desahogar nuestras penas, por lo que no tendríamos que preocuparnos de recibir una cuenta del Colegio Psicológico Almohadico pidiendo honorarios.

Una Almohada nos ha servido tanto en el ataque como en la defensa, de esas batallas, de esos enfrentamientos entre hermanos, amigos, en nuestra niñez y no tan lejos en el tiempo. Disparos certeros, que más que golpes fueron caricias y demostraciones de afecto para quienes, como el que escribe, nos ha costado y nos cuesta expresar.

Almohadas maltratadas que soportaron arranques de furia; Almohadas compañeras de baile; Almohadas que no se han quejado de utilizarlas como novia/o; Almohadas que han fingido ser uno mismo bajo las sábanas en alguna fuga nocturna; Almohadas modelos que probaron las colecciones otoño invierno primavera y verano.

Almohadas que han servido de explicación anatómica por parte de amigos o hermanos mayores, experimentados conocedores del sexo opuesto. Pero a que viene todo esto?, semejante homenaje a nuestras, podría decir, amigas las Almohadas.

Hoy me desperté necesitando abrazar a la persona que quiero, a la persona que elegí y me eligió, a la persona con la que quiero despertar, vivir, viajar, trabajar, armar y desarmar, amar, a esa persona que después de hacer tantas cosas podamos descansar uno al lado del otro. Pero hoy me desperté y no la encontré, quise imaginar por un momento que la abrazaba, que le decía todo lo que me pasa cuando despierto con su imagen en mis sueños, pero no era no estaba, sólo un pedazo de tela rellena de algodón, que de alguna manera sabiendo mi necesidad, sólo atinó a callar y fingir. Gracias por dejarme soñar, por hacerme descansar y por permitirme imaginar como será tenerla conmigo.

Este homenaje es para mi almohada y todas sus colegas.

EC