8.2.06

Homenaje a mi almohada

¿Por qué las almohadas no tienen el reconocimiento que se merecen? Como objeto inanimado, cumplen una tarea que muchas veces los seres animados no son capaces de hacerlo. No solamente cumplen con su misión primordial de relajar nuestras cabezas sino también nos brindan otros beneficios complementarios.

Una Almohada ha recogido lágrimas sin preguntar de quien o por quien, nos da la posibilidad de desahogar nuestras penas, por lo que no tendríamos que preocuparnos de recibir una cuenta del Colegio Psicológico Almohadico pidiendo honorarios.

Una Almohada nos ha servido tanto en el ataque como en la defensa, de esas batallas, de esos enfrentamientos entre hermanos, amigos, en nuestra niñez y no tan lejos en el tiempo. Disparos certeros, que más que golpes fueron caricias y demostraciones de afecto para quienes, como el que escribe, nos ha costado y nos cuesta expresar.

Almohadas maltratadas que soportaron arranques de furia; Almohadas compañeras de baile; Almohadas que no se han quejado de utilizarlas como novia/o; Almohadas que han fingido ser uno mismo bajo las sábanas en alguna fuga nocturna; Almohadas modelos que probaron las colecciones otoño invierno primavera y verano.

Almohadas que han servido de explicación anatómica por parte de amigos o hermanos mayores, experimentados conocedores del sexo opuesto. Pero a que viene todo esto?, semejante homenaje a nuestras, podría decir, amigas las Almohadas.

Hoy me desperté necesitando abrazar a la persona que quiero, a la persona que elegí y me eligió, a la persona con la que quiero despertar, vivir, viajar, trabajar, armar y desarmar, amar, a esa persona que después de hacer tantas cosas podamos descansar uno al lado del otro. Pero hoy me desperté y no la encontré, quise imaginar por un momento que la abrazaba, que le decía todo lo que me pasa cuando despierto con su imagen en mis sueños, pero no era no estaba, sólo un pedazo de tela rellena de algodón, que de alguna manera sabiendo mi necesidad, sólo atinó a callar y fingir. Gracias por dejarme soñar, por hacerme descansar y por permitirme imaginar como será tenerla conmigo.

Este homenaje es para mi almohada y todas sus colegas.

EC